
Barcelona 7-1-2008
Estamos acostumbrados a que con la llegada del invierno, se colapsen los hospitales. Pacientes esperando en pasillos, profesionales sin aliento y familiares desesperados. Se quiere evitar este caos reforzando la asistencia primaria. Pero no con más medios, simplemente obligando a que los profesionales que trabajan en los centros trabajen más horas (Atención continuada), o sea pasándole el problema a otro escalafón del sistema que también presenta graves limitaciones.
Un problema no se ha de parchear y menos cuando está en juego nuestra salud o la educación de los menores. Se tiene que estudiar la causa y solucionarla. Por ello hay que hacerse la pregunta: ¿Por qué hay sobresaturación en ambulatorios y hospitales?
La puerta de entrada al sistema sanitario son los centros de atención primaria (CAP) y aquí radica el origen del desastre:
Estamos acostumbrados a que con la llegada del invierno, se colapsen los hospitales. Pacientes esperando en pasillos, profesionales sin aliento y familiares desesperados. Se quiere evitar este caos reforzando la asistencia primaria. Pero no con más medios, simplemente obligando a que los profesionales que trabajan en los centros trabajen más horas (Atención continuada), o sea pasándole el problema a otro escalafón del sistema que también presenta graves limitaciones.
Un problema no se ha de parchear y menos cuando está en juego nuestra salud o la educación de los menores. Se tiene que estudiar la causa y solucionarla. Por ello hay que hacerse la pregunta: ¿Por qué hay sobresaturación en ambulatorios y hospitales?
La puerta de entrada al sistema sanitario son los centros de atención primaria (CAP) y aquí radica el origen del desastre:
- Personal insuficiente para atender una demanda que va en aumento.
- Personal mal retribuido con alto índice de estrés laboral.
- Demora inaceptable para que un paciente sea atendido por un especialista.
- Demora inaceptable para la realización de pruebas complementarias.
- Falta de cultura sanitaria en la población, que maleducada por mensajes electorales y medios de comunicación, han creado la medicina de consumo. Todo son derechos pero los deberes parece que no existan, como el uso racional de los servicios públicos.
- Sobredemanda asistencial, donde situaciones banales colapsan todos los sistemas sin medidas de control, pues el profesional vive con el chantaje de la demanda, con ello se ha potenciado la medicina defensiva.
Por todo ello, el médico de familia, que no es internista ni un ser omnipotente, se encuentra a diario con listas interminables de pacientes que consultan por motivos, edad y culturas distintas. Se debe visitar en minutos, siempre con la consigna subliminal de ahorro en farmacia, control de bajas, restricción de pruebas y derivaciones. El fonendo, el talonario de recetas y nuestras manos, son los únicos medios disponibles en la visita médica. Si hay sospecha de enfermedad grave y sabiendo la demora existente para las pruebas, la única salida es la derivación al hospital. El paciente lo sabe y por ello, cuando piensa que está grave acude a menudo y por nimiedades a urgencias.
Al llegar al hospital, se encuentran con instalaciones de los años sesenta, que prácticamente no han sido reformadas a la actual demanda que se ha triplicado, en gran medida porque los presupuestos se han ido en un alto porcentaje a centros concertados. Y aquí, encontramos la triste imagen de todos los años: pacientes instalados en los pasillos y siendo atendidos por escasos profesionales y a un ritmo frenético.
Nuestros gerentes quieren solucionar el problema con un parche: los centros de atención continuada y encima sin personal específico. Se quiere obligar al personal de área básica a realizar horas extras y en contrapartida se echa personal a la calle que toda la vida se ha dedicado a las urgencias, simplemente porque es más barata la hora que un sueldo entero. En estos centros será un poco más de lo mismo: visitar en malas condiciones, sin profesionales preparados para una medicina que no es la de primaria y a destajo, pero evidentemente, esto es más fácil que intentar evitar el exceso de demanda injustificada que no proporciona votos o reformar hospitales, que es un gasto invisible que tampoco es llamativo para una campaña electoral.
Una sociedad desarrollada no lo es solo por sus edificios de diseño o porque les llegue el tren prometido hace veinte años… Una ciudad desarrollada es la que posee una sanidad y enseñanza públicas dignas, y nuestros centros de asistencia, hospitales y escuelas, tan solo se maquillan, nunca se han hecho reformas de verdad ni se ha educado a la población a hacer un uso responsable del sistema sanitario.
7 comentarios:
Hola Griselda.
Soy un compañero de urgencias hospitalarias.
Creo que pretender que las urgencias banales se atiendan en Atención Primaria no es pasar la pelota a otro nivel, sino poner las cosas en su sitio.
Pienso que gripes, faringitis, otitis, síndromes febriles en niños sanos, gastroenteritis, crisis de ansiedad, etcétera, etcétera, deben ser atendidos en el Centro de Salud, no en el hospital.
Si estoy de acuerdo en que para ello hay que dotar a la Atención Primaria de más recursos: humanos y técnicos (ECG, rayos,...)
Por supuesto, coincido contigo al 100% en cuanto a la falta de cultura sanitaria de la población, que abusa del sistema. Al final, si siguen así, se lo van a cargar y ellos van a pagar las consecuencias.
Es cierto que parte de la población lo hace por falta de conocimiento. También hay algunos (una minoría) que lo hace con total egoismo, simplemente porque le pilla más cerca o porque sabe que si acude a las 4 de la madrugada por un dolor crónico de hombro no tendrá que esperar más de 10 minutos y seguramente se irá con una placa (¿innecesaria?) realizada.
No es de recibo que todos los años se colapsen las urgencias hospitalarias por una patología banal, autolimitada, que no precisa pruebas complementarias ni tratamiento, como la gripe.
Ya estamos acostumbrados a esto, pero es una vergüenza que se use el hospital para esto. ¿No entienden que lo tienen que dejar disponibles para problemas graves?
Un saludo.
Hola colega de urgencias.
Pienso exactamente como tú, y es lógico que las urgencias banales sean para los de primaria. Pero resulta que los que mandan ya no saben que hacer, o no quieren, y pretender descongestionar las urgencias hospitalarias con los centros de continuada que están construyendo en primaria y te prometo que es patético. Se están gastando en infraestructuras, un dineral. En Manso por ejemplo tienen 16 boxers para tener ingresos y ni siquiera han pensado que los pacientes comen, pues no hay servicio de catering, y ya ves a los compañeros, compartiendo su cena y botellas de agua con los pacientes.
Por otro lado, mucho box, yesos y analiticas, pero no hay un traumatólogo, ni un radiólogo, y no me averguenzo en decir que ni médicos preparados, pues no hemos hecho ni un triste reciclaje. Nos encontramos más solos que un naúfrago y todo ello, fuera del horario laboral.
Yo empecé mi carrera en hospitalaria, como la mayoria de los que estamos en primaria y te aseguro que al llegar al ambulatorio me sentía fuera de mi ambiente. Despues de 15 años haciendo primaria, me pasa lo contrario y no estoy preparada para hacer guardias en un ambulatorio sin medios y sin reciclaje, pues no solo nos llegan casos banales, acuden infartados, AVC, fracturas, psiquiátricos, delincuentes esposados. Es una locura.
Si quieren montar centros de urgencia en primaria, que lo hagan bien, con personal preparado y que se dedique solo a eso, y no utiliar a los médicos de cabecera que ya cumplimos con nuestra jornada laboral. Pues si no lo sabías estas guardias son horas extras, obligatorias y encima pagadas por debajo de nuestro sueldo.
En fín, que esto no decaiga, pero yo al menos no callaré y pienso quejarme del maltrato que hacen con los médicos y desde luego con nuestros pacientes.
Un saludo y SUERTE
Disculpen; no soy médico, pero como paciente tengo algo que decir. Hablaré de lo vivido, lo experimentado de primera mano.
Vaya por delante que estoy de acuerdo que hay asuntos para el hospital y hay asuntos para el CAP y que debe hacerse un buen uso de los recursos públicos. Pero dicen que todos los años se colapsan las urgencias por patalogias banales y eso, miren, como que no. Si se colapsan es por alguna epidemia, sino no.
Ocurre que al médico que hace las urgencias hospitalarias "le parte por el eje" tener que atender a alguien a las 4 de la mañana cuando estaba aspirando a una guardia tranquila, reservándose la energía -supongo- por si entra un caso de vida o muerte.
Yo, en mi puñetera vida he visto agobiado un médico de urgencias hospitalarias; lo que sí le he visto es muy soñoliento y de mala uva si le han despertado de madrugada por un presunto "edema de glotis" por ejemplo y que ha despachado con un Urbason inyectable, sin derivación a otorrino, y que luego ha resultado otro tipo de asunto.
A despachar rápido y sacarse el problema de encima para seguir durmiendo o estudiando en el ordenador, o para estar a punto para el cuadro clínico que va a venir esta noche que está de guardia... ya, ya.
Uno tiene la impresión que ha osado interrumpir algo crucial, cuando va a urgencias hospitalarias y resulta que el personal está en sesión de relax remunerado: como aquel 31 de diciembre... el servicio médico de los Bomberos (por cierto, chapeau!!) trasladó a mi madre al Clínico porque habia sufrido desvanecimiento tras la cena, en un restaurante; fue el médico de la ambulancia del 080 quien con pericia y rapidez la atendió allí, en el suelo, por una arritmia y posible embolia, controlando durante el trayecto hasta el Clínico, donde ingresó por Urgencias.
Más de una hora en sala de espera y sin noticias. En Información me daban largas. Entré en Urgencias (ahora ya está aún más vigilado). Circulé a placer: no había nadie en los pasillos, busqué a mi madre y le pregunté: ni la habían mirado; estaba allí, aparcada, como todos los demás, cada uno en su box: a media luz y solos. Nadie, ni una enfermera, nadie. Seguí dando vueltas por urgencias y oí jolgorio detras de una puerta.
Abrí y el equipo médico "colapsado por las urgencias" estaba allí, de fiesta, con el cava y los pastelitos celebrando el Año Nuevo. Enternecedor.
Me fui al teléfono y pedi una ambulancia para sacarla de allí y llevarla a otro hospital. El centro de destino se ve que se puso en contacto con Urgencias de Clínico y, ¡jolín! ¡cómo se movieron! ¡no querian dejarla marchar de ninguna manera! ¡todo disculpas y entonces sí, a hacerle pruebas!
Otro día, más anécdotas.
El problema de fondo para los médicos es que antes, el pueblo, reverenciaba la "bata blanca" como antes la tribu al hechicero de un poblado, incluso se le llamaba "doctor". Y hasta hace cuatro días se hablaba -aún se habla- de la "clase médica" para referirse a esos profesionales colegiados. Eso pertenece a otra época, como el otrora sentido de la responsabilidad o temor ante el riesgo de equivocarse. "Mire, yo ya tengo mi póliza de responsabilidad civil", he oido decir a alguno.
Ejercer la medicina ha dejado de ser el chollo que da prestigio y dinero fácil, es decir, sin "sudar la camiseta". Por eso han bajado tanto las vocaciones: porque currar es duro.
Quizá es mejor así. Las eminencias con medios y aspiraciones irán a EEUU y los que esperaban el "maná" se montarán una ONG y se largarán de turismo. Se quedarán el resto que espabilará al ver que se contratan otros médicos en el extranjero que, mejor o peor preparados, al menos, le ponen más ganas al asunto.
Las honrosas excepciones confirman la regla: cribando tanto como sea necesario pueden hallarse aún médicos que merecen la pena y en quienes se puede confiar tanto a nivel técnico como humano: verdaderas joyas. A éstos, todo mi reconocimiento, respeto y afecto.
Hola Rosa Maria.
Me sabe muy mal tus experiencias negativas y comprendo tu postura de rechazo ante lo que denominas reverencia de bata blanca, pero todo tiene matices.
Es cierto que hay médicos no profesionales, igual que hay abogados, maestros y carpinteros que realizan mal su trabajo, pero te aseguro que una gran mayoria de mis colegas hemos estudiado medicina por vocación y no por ganar solo dinero, el cual es necesario para vivir, pero a los 18 años te mueven otros tipo de intereses. Si solo quiees lucro más bien te orientas a otro tipo de profesiones y no te tiras 10 años estudiando y otros diez malviviendo.
Es cierto que antes se reverenciaba la bata blanca, igual que al alcalde, al maestro y al cura, pero es que hemos pasado a todo lo contrario (y no solo en medicina). La sociedad de consumo se ha instaurado en todos los campos sociales y te aseguro que también ocurre en sanidad. Tú seguramente acudes a un servicio de urgencias porque te encuentras o te sientes mal, pero hay un porcentaje muy elevado de pacientes que acuden al primer sintoma de resfriado o por motivos rentistas, exigiendo derechos, insultando, amenazando y faltando el respeto a los trabajadores. Ni médico ni maestro ni señora de la limpieza merece ser tratado con violencia o despotismo cuando está realizando su labor y si hay un problema, como personas civilizadas, se debe recurrir a la justicia, nunca a la agresividad.
Todos los médicos pagamos una poliza de responsabilidad civil, es lógico, pero nuestra misión es solucionar o contener los problemas de salud y la mayoria de compañeros viven muy mal el error médico o las denuncias de ciudadanos. No hemos estudiado medicina para hacer daño, lo hemos hecho para ayudar.
Una última cosa que te quería decir, es que los médicos, digamos indeseables, no dan la cara, pero los que aún creemos en nuestra profesión, seguimos luchando a nuestra manera. Una de ellas es realizar nuestro trabajo todo lo mejor que podemos y otra actuando a nivel de indicatos,asociaciones, en fín dado la cara por mejorar un sistema sanitario que pese a sus problemas es uno de los mejores.
No olvides que aunque seamos profesionales de la salud, tenemos familia que también se pone enferma.
Te repito que me saben mal tus experiencias negativas, simplemente recordarte que la mayoria de colegas piensan como yo y queremos realizar bien nuestro trabajo, en las mejores condiciones y sobre todo sin perder la confianza de nuestros pacientes, pues sin una buena empatia, no funcionan al 100% los tratamientos.
Te deseo lo mejor.
Hola Rosa María.
Aunque cueste trabajo creerlo, todos los años se colapsan las urgencias por banalidades. Por ejemplo la gripe. En mi zona (de costa y turismo) todos los veranos se colapsan las urgencias por diarreas leves (en personas jóvenes y sanas), pequeños cortes (para una tirita), roce de un zapato nuevo en el pie, ...
Por supuesto que el médico de urgencias (¡como cualquier ser humano!) espera poder descansar un poco por la noche y tener una buena guardia.
Los bomberos están de guardia y duermen toda la noche a no ser que haya un incendio. No se pasan la noche realizando tareas de mantenimiento o limpiando alcantarillas para evitar inundaciones.
El problema es que la "guardia" del médico se ha convertido en trabajo continuo de 24 horas. Hay personas que se creen que a las 4 de la madrugada se puede ir a urgencias a por una receta para la caspa. Y eso no es así. Se está para las urgencias.
Un saludo.
Para el médico que atiende las urgencias nocturnas en zona de costa y turismo: sí, cierto, se dan algunos casos. Agosto, yo misma he visto en sala de espera de hospital, más allá de medianoche, al padre y a la madre parloteando animadamente con los abuelos... y al nene, éste encaramándose a sillas y mesas, hurgando en todos los orificios de la máquina de bebidas, entrando y saliendo de la sala al vestíbulo y viceversa... esperando su turno para la visita. La criatura había vomitado la cena, creo. Por supuesto que para cortes, roceduras, picaduras (no de serpiente, claro), pienso que se soluciona con un ATS. Creo que en algunos hospitales hay un "distribuidor" de casos en urgencias. Aparte de algunas lesiones de poco calado, otras molestias pueden ser "derivables" a enfermería, pero no un dolor abdominal, según tengo entendido.
Se me olvidaba: la gripe, no es una dolencia banal. Incluso puede revestir gravedad y riesgo según a quien afecta. He visto prescribir, al médico de urgencias, Gelocatil, dieta hídrica (o como le llamen) y reposo a un hombre de 82 años, con fiebre alta y EPOC de base. Naturalmente a las 48 horas, al hospital. Quedó ingresado en Respiratorio de Dos de Maig, que a.D.g. tiene un equipo de primera. Lo sacaron del "saco", pese a que les llegó medio morado.
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