PRESENTISMO, nuevas DPOs del 2009



Los obreros del ICS somos de inocencia tal que raya en la tontería, pues una vez más nos hemos sorprendido con las novedades de nuestros tan ansiados DPOs.

Comentarlos todos es ardua tarea que me reservo, ya que la energía que aún poseo la pienso dedicar para mantener el tipo en la consulta diaria. Poder visitar a mis cuarenta y tantos pacientes diarios, en cinco minutillos, sin desmaquillarme (por aquello de la imagen), y sobre todo con eficacia, eficiencia, empatía y sobre todo resolutividad, es el motivo que me lleva cada día hasta el ambulatorio, a pesar de que ese esfuerzo no quede reflejado en ningún "item" de las siglas mágicas.

La novedad VIP de las DPOs del 2009 es el PRESENTISMO. Este nuevo Objetivo Territorial busca aumentar el número de días de presencia en el puesto de trabajo, osea penalizar el absentismo a costa de penalizar la salud o mejor dicho la falta de salud.

Ironías a parte y hablando claro, pienso que es inmoral y es una vuelta al pasado cavernícola, castigar economicamente a un trabajador cuando tiene la desgracia de estar enfermo 18 días al año.

Pero daremos las gracias, porque no se tendrán en cuenta las bajas de 18 dias/año que sean a causa de enfermedad profesional, accidente laboral, maternidad o enfermedades relacionadas con el embarazo. Están de suerte las futuras mamás tan discriminadas en la antiguedad, pero pobres prostáticos, hipertensos, o enfermos de cancer y cardiacos, porque os quedáis sin cobrar las DPOs y consiguientemente sin poder optar a carrera profesional. Seréis sargentos chusqueros el resto de vuestras vidas.

Bueno, espero que el síndrome del quemado, y los cuadros ansiosos y depresivos sean considerados enfermedades o accidentes laborales, ya que si hemos de luchar todo el año 2009 para cumplir los objetivos de la empresa, y asi poder cobrar unos eurillos el mes de marzo del 2010, siendo sólo licenciados en medicina (homologados) y no expertos en técnicas esotéricas, será una maratón dura y difícil por no decir imposible y los que lleguen a la meta enteros, puede, pero hastiados y algo lelos también.

Este año con la tan comentada crisis ya se nos ha avisado que en sanidad bajarán los presupuestos. La demanda seguirá aumentando. Los resultados exigibles serán más elevados y ahora super médicos. A CUIDAR LA SALUD... sino no cobramos.

Navidad, luces, regalos y policia en las Ramblas...




Paseando por unas Ramblas, adornadas con luces ecológicas que nuestro tripartito ha escogido para paliar la crisis, me ha sorprendido una estampa poco navideña y enormemente desorbitada.

Estudiantes contra el Plan de Bolonia, se manifestaban en Plaza Universidad, hecho pintoresco en un país sedado, que ya no sale a la calle, que traga con lo que sea, que soporta ERES manipuladas, crisis que se quieren paliar subvencionando bancos… en fin, comprobar que los estudiantes aún disponen de esa voz critica que los adultos parecen haber perdido, me ha hecho sentir reconfortada por unos instantes: Mi ciudad aún no se halla en situación comatosa, pero… la realidad aplastante vestida de uniforme, como en los viejos tiempos vestía de gris, ahora, con colores de diseño autonómico, seguía como siempre, amenazante, implacable, intolerante, intentando anestesiar a una juventud que quiere opinar sobre su futuro.

No puedo discutir sobre el plan de Bolonia, los años no han conseguido anestesiarme del todo pero me han apartado de las movidas universitarias, pero si estos jóvenes luchan contra la privatización de la universidad, si opinan sobre su futuro y dan la cara contra la injusticia, estoy con ellos y pienso que es intolerable el enorme despliegue policial que desde Ramblas llegaba hasta las Rondas, con el único fin de hacer callar a quienes han de ser escuchados.

Ese gasto de erario público que se malgasta en reprimir a la juventud, debería invertirse en evitar que empresarios y políticos corruptos, utilizando la palabra crisis (sobre la que a veces dudo), tengan las manos libres para echar a la calle a los padres y madres de esos universitarios que quieren poder acceder a una universidad pública y en condiciones.

Suerte a todos esos jóvenes que son fieles a unos ideales y causas justas y que la anestesia de la edad no pueda con vosotros.

¿COPAGO? Quizás este, no sea el término…



A modo de preámbulo: En anteriores escritos he defendido el copago como sistema para frenar la crisis de asistencia (nunca la económica). Dicen que rectificar es de sabios, lo cual no es mi caso, pero si el de argumentar, y una realidad es que la situación actual de los médicos también está en crisis y TODOS, hemos de contribuir a una racionalización del uso en el sistema sanitario, por la salud de nuestros profesionales y desde luego por un buen servicio a nuestros pacientes. Aclarado este concepto, os invito a leer mi argumentación.

El debate del copago ha coincidido con una época de crisis económica y con la existencia de unos presupuestos escasos para satisfacer una sanidad pública que a su vez debe atender a una población en aumento y con una frecuentación progresiva.
Se tiende a mezclar conceptos y se habla de copago como medida para corregir los déficits presupuestarios y en ello, no radica la cuestión.

El copago no puede entenderse como una recaudación económica extra que ponga el parche a unos problemas de gestión que están siendo irracionales, escasos y poco trasparentes. El copago, un sistema de ticket moderador u otra medida que hay que consensuar, sería una herramienta para racionalizar el uso de un sistema sanitario público que está desbordado.

Existe una realidad en la sanidad pública que es la saturación de los servicios, y en especial de la asistencia primaria y el servicio de urgencias, que se han convertido en el culo de botella del sistema sanitario público.

En Primaria nos regimos por unos principios que hemos asumido: ser accesibles, resolutivos, eficaces, eficientes y además educar a la población para que use de forma adecuada el sistema de salud.

Para cumplir estas reglas, nos hemos de guiar en la medicina basada en la evidencia y todo ello, disponiendo de menos de diez minutos por visita, y atendiendo a una población que se ha desbordado en número, que ha envejecido, y que se ha vuelto más demandante, medicalizando problemas banales y a menudo ni tan siquiera de salud; el malestar de la vida es una de las consultas habituales en primaria.
A ello hay que añadir la falta de profesionales y el uso de nuevas tecnologías que tienen mucho que desear (fallos continuos en los servidores y programas informáticos que van cambiando de forma frenética, a menudo, sin la preparación previa de los profesionales).

Se apostó por la accesibilidad en primaria y el objetivo se consiguió con creces, pero poniendo barreras para poder derivar a nuestros pacientes a otros niveles. Si no, miren en cada centro la lista de espera para poder consultar con un especialista (meses) o con un centro de hospitalaria (años).
Ello ha convertido la primaria en un colador con los agujeros obturados.

Se apostó por ser resolutivos y también se consiguió el objetivo: control en las consultas de diabéticos insulino-dependientes, anticoagulantes orales, crioterapia, cirugía menor, infiltraciones, control absoluto de las bajas…
En Primaria han bajado las derivaciones, pero en cambio se nos vetan las pruebas diagnosticas (RMN, DMO), tardando meses en que un paciente se pueda hacer un TAC o una ecografía.
¿Resolutivos sin medios?
¿Resolutivos sin tiempo?
¿Resolutivos sin personal?
Sin solucionar estos problemas, decir que hemos de ser resolutivos es una tomadura de pelo hacia los profesionales y sobre todo a los pacientes.

Se apostó por la eficacia y la eficiencia, para ello se hace un control exhaustivo del gasto farmacéutico, eso sí, no se lucha, o bien se actúa poco, para que bajen los precios de los medicamentos. Se aceptan todas las licencias de fármacos nuevos, se cobra el tanto por ciento correspondiente y luego se nos envía la carta mensual a los médicos, diciendo que el medicamento que entra en nuestra cartera es de poco valor intrínseco o no es la novedad con la que se publicita.
Nosotros nos encargaremos de explicar a los usuarios que los genéricos son bioequivalentes, que las novedades no son tales y que el medicamento más caro no es el mejor. El tiempo no vale nada, el tiempo dedicado en consultas no es baremable, no es productivo, es de bajo valor intrínseco…
Pero los médicos que son magos, han conseguido que baje el gasto farmacéutico y que nuestros pacientes acepten los genéricos y lo más importante que no se equivoquen de fármaco ya que cada mes en la farmacia les cambian el tamaño y el color de las cajas.

Queda la apuesta “top”: la educación sanitaria de los pacientes, usuarios fieles al sistema público, que confían en sus médicos, enfermeros del centro y ponen en nuestras manos su salud, nos han convertido en los dispensadores de las mejoras que les han prometido en las urnas electorales.
Nadie se puede negar a una vida larga, con ejercicio y dietas mediterráneas que aconsejan los expertos en salud. Se nos piden cápsulas de plástico que proporcionan la felicidad, otras azules, para la sexualidad ilimitada, fórmulas magistrales que permitan lucir cabelleras envidiables. Todo parece ser posible con la ciencia, y fácil, pues pidiendo consulta al médico del seguro que tanto te rellena un formulario para poder ir a un balneario, como que te rellena unos informes para solicitar el reconocimiento de la dependencia.
Pero resulta que por poner ejemplos, los resfriados, las diarreas banales, el paro, la crisis y el malestar de la vida no se curan con medicinas, y son consultas que saturan los centros de primaria, mezclándose con patologías graves que deben esperar más tiempo de la cuenta y para las que tampoco tenemos a menudo las herramientas disponibles ni en el tiempo que desearíamos.
Educar a una población que ha sido engañada durante muchos años, es un objetivo imposible, mientras no se pongan a trabajar en el tema otros estamentos: políticos, asociaciones de vecinos, “ensenyament”…

¿Copago?
No rotundo para superar una crisis.
No rotundo para solucionar una falta de presupuesto.
No rotundo si ha de ser para perjudicar a los más necesitados.

Para que la sanidad pública siga funcionado, es preciso que todos colaboremos. En primer lugar es necesario abandonar promesas electoralistas que utilizan la salud. En segundo lugar una racionalización de los presupuestos, una transparencia y por último, debería instaurarse un sistema mal llamado de copago, de ticket moderador u otro que se defina, siempre justo y de coste simbólico, para racionalizar un acceso desbordado e injustificado en primaria, que ha colapsado los servicios, originando un problema que los profesionales de la salud, solos, somos incapaces de solucionar.

¿COPAGO?.. HE AQUÍ UN DILEMA






Siempre he sido defensora de la sanidad pública y gratuita, pero después de largos años de ejercicio profesional, la seguridad se ha convertido en duda y últimamente la duda se desvanece y creo que un copago equitativo sería la solución para muchos problemas que se viven tanto en primaria como en hospitalaria. Pero creo en un copago no como solución a los problemas de financiación, sino para intentar educar a una población a la que nuestros políticos han destrozado, ofreciendo derechos a cambio de votos.

Lideres políticos se discutían sobre si la crisis era cierta o no, parece que actualmente todos aceptan tal palabra como un hecho, y una vez abierta la veda, muchos se aprovechan de la situación, convirtiendo la crisis en una realidad: Despidos a diestro y siniestro, provocando unas cifras de paro alarmantes y en sanidad, intentando utilizar el copago para llenar una caja que se malgasta en otros derroteros.

Pienso que se están mezclando dos temas muy distintos: Uno es el problema de financiación en sanidad, que en España es la más baja de toda Europa y otra es el abuso de un sistema, que repito ha sido fomentado por campañas electoralistas, prometiendo lo imposible y cargando principalmente a los médicos con un trabajo excesivo que se resume en una palabra: Explotación.

Respecto al tema de la financiación, en primer lugar: Hagan el favor señores gestores, políticos y patronales de llevar las cuentas claras. Es una vergüenza que estén jugando con NUESTROS dineros y nadie nos diga claramente en que se utiliza lo que vemos descontado de nuestras nóminas.

En Cataluña, mi comunidad, se ha concedido un presupuesto para financiar la sanidad de 9.400 millones de euros, cifra que mi imaginación no llega ni a entender, y se dice que se ampliarán las prestaciones, por otro lado que hemos de ahorrar en contratos y en farmacia…

Si con menos daremos más, no se contratará personal y seremos más acosados con nuestras prescripciones, ¿Quién será el personal hostigado de la historia?.. Pues sin duda, una vez más el médico.

Faltan médicos, la población ha aumentado, los problemas banales se medicalizan, se prometen más prestaciones sin personal de refuerzo, y ¿quién soportará este maremagnum de despropósitos y falta de previsión? La respuesta es obvia.

El ciudadano debe conocer la verdad. Saber en primer lugar en que se dedican sus impuestos, conocer los millones que se derivan a la medicina privada, a la concertada, en sueldos de personal que se dedica a gestionar, al control de la calidad, y a menesteres etéreos que se hallan a años luz de la realidad del día a día: La consulta en un centro de primaria o la intervención en un quirófano. Lo demás señores míos, es secundario, prescindible y además donde más millones van a parar.

¿Copago? Pues sí, pero como hecho simbólico, equitativo, porque no se puede abusar de un sistema y de unos profesionales que más que un servicio parece que estemos siendo los portadores de un servilismo donde todo el mundo tiene razón porque paga.

¿Copago? Pues sí, porque los usuarios del sistema público de salud no son clientes de un gran almacén, son pacientes que deben acudir a su médico por un problema de salud y no para exigir fármacos, pruebas o bajas, que a menudo se conceden para evitar altercados o como medicina defensiva debido a la hiperfrecuentación y a las amenazas verbales y también físicas.

¿Copago? Pues sí, porque utilizar un servicio público, saturando hospitales y ambulatorios con resfriados banales, granos absurdos y malestares de la vida que antes se solucionaban en la peluquería o en la sacristía, ello impone una multa igual que cuando un ciudadano circula por una carretera nacional y sobrepasa la velocidad permitida.

¿Copago? Pues sí, pero NO para superar una crisis económica mundial que han provocado bancos y malos gestores que por cierto, no están sufriendo el paro en sus casas, y no van a visitarse a la sanidad pública.

AUTOGESTIÓN (Al mal tiempo... algo de ironia)




Parece ser que se ha encontrado una fórmula que acabará con los problemas que pacientes y trabajadores soportamos: LA AUTOGESTIÓN.

Existen unos cerebros privilegiados, que nadie conoce, salvo Descartes, pero existen, eso seguro (piensan, luego existen). Ellos, han ideado esta fórmula sorprendente, que seguro se ha patentado en Hogwarts, por seguidores de un tal Voldemort y que aliviará la resaca que sufrimos en primaria.

Con la autogestión, médicos y enfermería nos independizaremos y como somos todos muy eficientes, muy gestores, los cabeceras somos especialistas y lo llevamos con orgullo, enfermería que es capaz de hacer cribajes de urgencias, de prescribir, ¿nos va a echar para atrás la autogestión? No y no…

Igual que nos hemos echado al carro de la cirugía menor, la crioterapia, las infiltraciones, el control del sintrom, las visitas médicas en cinco minutillos, ¿No seremos capaces con la autogestión?
Hemos de subir la autoestima y repetir mil veces, un millón, las veces que hagan falta: somos capaces…

Lo haremos mejor que la administración lo ha hecho en 25 años de historia, si señor. Aunque resulta que nuestros pensantes se han olvidado que hemos estudiado medicina, enfermería, que no somos economistas, abogados o algo por el estilo, pero bueno da igual, con algún que otro cursillo que organice la empresa, y como somos todos tan aventajados y nos lo creemos todo, salvaremos la sanidad catalana…. Y luego de pilotos a las “Españas”, a enseñar doña Esperanza o a quién haya en su lugar, como funciona el modelo catalán, pionero de todo… y a mucha honra.

Tenemos un documento marco donde se explica la reforma de la reforma, o sea la autogestión (hacerlo vosotros que yo me he perdido) y aclara los objetivos que persigue, por cierto muy loables y sensatos.

SATISFACCIÓN DEL USUARIO

Y yo me pregunto, ¿se le ha explicado al usuario todo este proyecto?
Debe ser que sí, y si es cierto que nuestros pacientes, que no quieren genéricos y nos piden RMN para el lumbago conocen al dedillo el proyecto de autogestión y encima están satisfechos, ¿no será por qué se fían más de su médico y enfermera que de entes que solo piensan y nunca pasan visita?

EXCELENCIA CLINICA

Resulta que si nos dejan solos, seremos excelentes, y ahora que somos ¿Aprobadillos? Realmente no entiendo que se diga que alcanzaremos la excelencia clínica cuando nos descentralicemos, ello me lleva a una pregunta. Ahora que aún somos dependientes, ¿Son los gestores quienes impiden el sobresaliente?

SATISFACCIÓN DE LOS PROFESIONALES

A nosotros que no nos metan. Los profesionales queremos una cosa que hemos solicitado a gritos. Los profesionales queremos: TIEMPO.
Tiempo para visitar en condiciones a nuestros pacientes, para no equivocarnos, para no acabar estresados y saturar la fundación Galatea .
Queremos también un salario digno y que se respeten nuestros derechos, como el de poder conciliar nuestra vida familiar.
¿Satisfechos por ser gestores? Quizás alguno lo “haiga”, pero los trabajadores de base, sólo queremos visitar en condiciones y tener un salario digno, y punto.

Repito: NO SOMOS NI QUEREMOS SER ABOGADOS NI ECONOMISTAS, por cierto, trabajos muy respetados donde los haya.

MAYOR EFICIENCIA

Aquí sí, por fin hemos llegado al quid de la cuestión, al meollo del asunto.
La epidemiología, la estadística y todo lo relacionado, nunca me gustó, pero me quedo claro un concepto: todo lo que acaba en ENCIA se relaciona con el dinero. Pues en el proyecto que tan bien conocen los usuarios, dice que con la descentralización habrá mejor eficiencia porque se racionalizará el gasto… OS HE PILLAO.
Cuando seamos una EBA ligth, y nuestros salarios dependan del gasto, tendremos que recortar, y ¿Cómo se hace esto en primaria?

Os apunto la fórmula:

--Medicamentos los justos: A estudiar todos, homeopatía, que las hierbas y las pildoritas de azúcar, al menos no hacen daño y lo mejor del asunto, es que se las pagan ellos.

---Restricción de pruebas complementarias: El Iker Jiménez nos puede dar alguna dirección interesante de algún santón-tutor que nos conducirá por el camino de la iluminación y así con nuestra nueva habilidad de clarividencia, compramos una bola de vidrio que se puede adquirir en cualquier tienda esotérica, y hala… quién solicite un TAC o una RMN, le cortamos las manos, por malgastador, por quitarle el pan a nuestros hijos.

---Personal sano: Si un compañero se pone enfermo, además de no creerlo y odiarlo, el resto haremos turnos dobles, triples y lo que haga falta, pues contratar suplentes sería el despiporre con el presupuesto que nos otorgarán en nuestra nueva etapa de autogestión.

En fín, no creo que se acorten las listas de espera, pues los especialistas emigran a hospitales y los pediatras, odontólogos y trabajadores sociales no existirán en el nuevo mundo, pero eso sí, será una experiencia nueva, nos autogestionaremos, seremos como los entes pensantes que nadie ve y que seguro existen. Todos seremos gestores, el sumum de la promoción en atención primaria…, a lo que todo personal de tropa aspira para estar más cerca del cielo.

¿Qué luego no funciona?
No pasa nada, no pasa nada.
Ya vendrá la Koplovich o el señor gallego este del Zara, y que lo gestionen ellos que saben mucho. Y si no hay remedio, la sanidad pública será la beneficencia y les desgravará a hacienda como un buen acto social.

TODOS A AUTOGESTIONAR…


Un médico que no quiso ser economista y murió en el no intento…

AUTOGESTIÓN




S’ha iniciat un projecte de forma sibil•lina que amb paraules de connotació positiva com són l’autogestió, l’autonomia, l’excel•lència... es busca només un objectiu: la privatització de la sanitat.

Existeixen en el nostre sistema sanitari uns problemes reals i corregibles: augment progressiu de la demanda sanitària amb una població afecta de polipatologies, un increment del nombre de targetes sanitàries i uns professionals cada vegada més insuficients i insatisfets que demanen més temps per a les consultes,que volen conciliar la vida familiar i naturalment un sou digne i equiparable a la resta del Estat Espanyol.

Una posició valenta dels nostres governants seria trobar solucions a problemes concrets per a evitar la saturació de les consultes, l’encariment dels productes farmacèutics i la fugida de professionals cap a l’estranger, però s’ha optat per la via fàcil:passar-li el problema als treballadors, posant-los l’etiqueta de l’autogestió.

Els pilars de tota societat que aspira a ser moderna i civilitzada són l’educació i la sanitat, però sens dubte en aquests camps els s beneficis no són quantificables i aquí radica el problema. S’estan barrejant valors de diferent rang i els comptes no surten.

El projecte d’autogestió que hom diu és per modernitzar la sanitat,aconseguir l’excel•lència clínica i satisfer uns professionals que demanen responsabilitat i compromís amb el sistema,no és una altre cosa que una maniobra final per convertir la sanitat pública en història. Això sí,amb paraules redundants, triades i enganyoses.

S’està descentralitzant la gestió i constituint equips de salut que amb un pressupost naturalment deficient, convertirà el personal sanitari en un híbrid que no serà economista ni treballador de la salut.
Es vol que els membres de l’equip gestionin de forma autònoma els centres, repetint fins al cansament que seran incentivats per la seva bona eficiència.

Com es pot rendibilitzar una consulta de primària?

Des de la consulta, si a més a més d’atendre la demanda de la població amb eficàcia i responsabilitat,hem de pensar en l’estalvi per assegurar el salari dels nostres companys i el nostre, només existeix una maniobra:no gastar i això comporta la disminució dràstica de les proves complementàries, els tractaments basats en paracetamol i aigua, i derivar els malats complicats a altres nivells sanitaris i naturalment a no contractar personal.

No havíem d’ésser resolutius?

L’autogestió dels centres de primària pot ser rendible quan es gasti poc i els treballadors supleixin als companys, treballant jornades dobles i complint l’horari europeu de les 65 hores setmanals....

Què passarà quan els números no surtin?

Segurament aquí radica la resposta. Els centres que no siguin rendibles,seràn gestionats per empreses privades i així els nostres governants es trauran del damunt la sanitat, que no és ni mai ha de ser un negoci rendible.

Els treballadors sanitaris que han estudiat medicina i infermeria han escollit aquestes carreres per ser experts en tenir cura de la població no per rendibilitzar la economia del país.

Un fet és la racionalitat dels nostres actes que es troba implícit en la nostre professió,però NO volen convertir-nos en mutants amb bata blanca i ment de contable que davant d’una malaltia pensi en la despesa que li suposa a la comunitat i no en la curació o el confort del pacient que ens demana ajut.

La sanitat pública catalana ,malgrat els seus problemes és una de les millors. Metges i infermeria formats a Catalunya gaudeixen de prestigi a fora de les fronteres del nostre país,si amb aquest pilars la sanitat ranqueja...

No seran els gestors i els politics els que estan fent malament la seva feina?

Senyors posin-se les piles,però no deleguin les seves obligacions a uns professionals que no volen deixar de ser-ho.

DE EPICURO A SARKOZY... Sobre el horario europeo





De niña, esa etapa de nuestra vida en que el futuro es una incógnita y cuando aún creemos en los cuentos, tuve la suerte de pasar largas temporadas con un familiar que era un apasionado de la filosofía, creía en el ser humano y era lector convulsivo de literatura de ficción. Me hablaba de un futuro que yo tendría la suerte de poder vivir, de un futuro donde el ser humano sería librepensador, de un futuro donde las máquinas estarían al servicio del hombre y podríamos disfrutar de la edad del ocio, de la edad del placer.

Me lo creí.

El tiempo pasó y la realidad actual parece indicar que ese futuro idílico en que las máquinas nos quitarán horas de jornada laboral, el ser humano aprenderá de sus errores y viviremos en paz y armonía, pudiendo disfrutar de la compañía de los seres queridos y dedicar el tiempo libre al placer, era por desgracia un cuento más, un sueño truncado por esta sociedad materialista que hemos creado y que se está asfixiando en su consumismo desenfrenado.

Nos estamos cargando el planeta, ahogándonos en nuestros propios residuos. Los seres humanos convivimos con un estrés y un malestar que se está integrando de forma peligrosa en nuestra manera de ser. Depresiones, ansiedad, fobias, trastornos límites, somatizaciones, son los motivos más frecuentes de consulta en centros de atención primaria.

Algo no funciona.

Mi familiar admiraba a Platón, Epicuro, Julio Verne, pero nunca supo que en el futuro la cultura sería sepultada por personajes como Berlusconi, Sarkozy y otros tantos cerebros que tienen ideas maravillosas para solucionar los problemas.
Estos vecinos de la tan ansiada unión europea, han tenido una idea genial: los trabajadores hemos de ser más productivos y han propuesto ampliar la semana laboral hasta 60 horas y para los médicos por supuesto más, ya que no daremos abasto con los casos de burn out.

El familiar que me explicaba cuentos en la infancia, desde luego no era vidente, era un pobre soñador. Por suerte no está entre los vivos para comprobar que sus vaticinios han sido totalmente opuestos.

Pero algo se me contagió. Sigo creyendo en el ser humano y deseo que mis hijos puedan un día vivir en un planeta donde las personas sean racionales, tengan horarios dignos y puedan disfrutar de una vida donde lo más importante no sea la productividad, el trepar a costa del vecino y donde sobre todo, puedan disponer de tiempo para VIVIR.